CAZADORES Y PRESAS!???

En un sentido original, la Utopía; esa que caminas dos pasos y ella se aleja dos más, esa que caminas tres y ella se aleja tres más, esa que en términos de Eduardo Galeano, sólo para eso sirve, para caminar; en otras palabras (de una mujer, necesariamente tenía que ser así), un dominio imaginario dentro del cual los conflictos sociales se resuelven simbólicamente, o se eliminan mediante la promesa de armonía total, tanto para las relaciones políticas como para las relaciones interpersonales. Valiéndose -en palabras de Eva Illouz, en su libro “El Consumo de la Utopía Romántica; El amor y las contradicciones culturales del Capitalismo”- de metáforas, historias y símbolos emocionales con gran potencia, que ocupan el imaginario personal y grupal, en tanto que posee poder vinculante como elementos orientadores de acciones individuales y colectivas. Pero que ocurre cuando nuevos significados del amor y de vinculación afectiva-efectiva, entran en la escena de esta utópica creencia del amor? Cuando a falta de capacidad de adaptación ante los cambios, estos conceptos son vistos como “resquebrajadores” de la utopía? Cuando nuevos modelos de romance y de lo romántico entran en escena y proponen la articulación de un cambio en sus definiciones?, nuevos conceptos que por supuesto obedecen a cambios culturales y sociales; nuevas formas de relacionarse, nuevas formas de expresión de afectos, de sexualidad,  nuevas formas de comunicación física e internaútica (si se vale la palabra) más espacios para la recreación, nuevos, nuevos, nuevos..que hacen eco en los modos de pensar, sentir y por último, de actuar de quienes vivimos en este mundo.
Hace días, una romántica incurable, le pidió a un amigo que le presentase alguien chévere, definiendo chévere, de la siguiente manera: que no viva con sus papás, que trabaje, que tenga más de 35 años…para comenzar con esto bastaría, se dijo ella… A lo que el amigo le contesta…en la naturaleza qué pasaría si el León al acechar a su “presa” se encuentra con que es “la presa” quien lo acecha y ataca? qué hace el León?...una mente privilegiada, pensaría en varios escenarios: el león se alegra porque ya no tendrá tanto trabajo; cambia de táctica, pues la anterior no está funcionando; piensa en qué momento se cambiaron los papeles; empezaría a preocuparse porque ya no va a ser tan fácil” cazar” ; cambiaría la dieta; y así sucesivamente….por otro lado; una mente - no tan privilegiada- pensaría: SE ASUSTA y no sólo eso, HUYE, escapa, se esfuma, dice: “esto no es conmigo”. El León se asusta ante el cambio….llego a pensar que ante esa incapacidad de articular nuevos conceptos, la idea de replantearse sus nuevos roles o nuevas situaciones le incomoda, la utopía de cazador “in-cazable” se va al trasto, de dónde se agarra ahora? Y peor aún, las que antes eran “presas”, también se encuentran en un dilema, seguir “cazando” o volver a su rol anterior…aunque no se dan cuenta de algo, y es una falla epistemológica en todo este asunto del Leòn “cazado”..él nunca sale a Cazar..esa es la ironía de toda la situación.
Ironìa en la que participan/mos todos-as; quién, desde cuándo, dónde, a qué horas, se hizo una re participación y no un compartir de poderes, saberes, querencias, afectos, momentos, tareas entre otros?...
Quiero pensar en el Amor consumo cuidado y de querer caer en él sin tanto cuidado; me gustaría un par de respuestas rápidas a estas preguntas: ¿Qué pasa si una mujer le pide a un hombre que salgan juntos? ¿Qué pasa si una mujer no desea cazarse?  ¿Qué pasa si una mujer se da licencia para pensar en ella misma, en sus multiroles y el deseo de satisfacerlos todos?

Cortitos …Culpa sabrosa..la princesa se cansó de esperar..los cambios son buenos…

Comentarios

Entradas populares de este blog

DESCONECTARSE DE LOS LUGARES COMUNES

Cuando ponerse de acuerdo es una: Misión Imposible!!!!!

Aja y tú qué?!!! (Los beneficios del sufrimiento)