EL DÍA EN QUE EL ALMA SE ME ESCAPÓ POR LOS PIES!


El día en que el alma se me fue por los pies, fue el día en que me di cuenta, que no importa cuántas personas te rodeen  (sin interesar el grado de cercanía) al final en el camino de la vida, uno transita, sufre, ríe, llora, decepciona, ama, odia, estresa, emociona, espera, ilusiona, goza, y todo el arsenal emocional, que todos cargamos encima, como creaturas emocionales al fin y al cabo, lo cargamos solos.

El día en que el alma se me fue por los pies, sale de las más recónditas memorias  y no por el tiempo que ha pasado, sino por lo profundo en que en mi cerebro emocional quedó grabado el recuerdo de mi hija de 6 meses de edad, con sus cabellitos ondulados castaño claro, sus ojos café llenos de brillo y curiosidad en los brazos de una enfermera que la llevaba al quirófano. Ese día, ese momento, ese instante, el alma se me salió por los pies y ya el mundo se detuvo y no encontré de dónde “agarrarme” y no encontré donde sostenerme y no pude llorar. Ese día, sólo ese día, me di cuenta que caminamos solos por la vida. 

Nadie en este ancho mundo, podrá saber lo que en mi interior había, como me sentía, huérfana ante ese dolor, ante ese sólo pensamiento, que con cruzar por milésimas de segundo por mi mente emocional, causaba tanto daño, ni la sola idea se puede soportar, sólo allí, levanté la mirada y con mi dedo acusando hacia arriba, le ordené a ese Dios impuesto desde la infancia: “Tú me la diste, tú me la devuelves”!, como si dándole esa responsabilidad, todas mis angustias desaparecerían, pero nada!

Camino sola el camino que he elegido, elegí tenerla, elegí cuidarla, elegí sufrirla, elegí amarla con todas las fibras del corazón y de esa alma mezquina, que cuando más la necesité, en ese instante, se escapó, se dio a la fuga, no me acompañó, entonces, yo sola, tuve que caminar y transitar esa terrible idea.

Este recuerdo sale, porque sé en estos momentos que alguien, está caminando sola, no sólo con esa idea, sino con el hecho mismo, ¡si, a ella no se la devolviste, como no se los-las has devuelto a muchos!, y nadie sabe, como cargan ese dolor, algunos sólo se limitan a postear imágenes tan íntimas y tan ajenas a la propia experiencia, nadie sabe quien sufre o porque sufre. Quien puede aliviar ese dolor tan intenso e inmenso. Al final sólo queda lidiarlo como cada quien pueda, según sus propios recursos.

Otros dicen voluntad de Dios, hay que aceptarla; claro, están de este lado del espejo!, sin la más mínima posibilidad de acercarse al sentimiento íntimo de esa persona y al final, el alma se va también, esquivando ese dolor, y quedamos solos-as en el camino.  ¿A quién le importa?, pero claro que les importa, si y sólo sí, porque le dan gracias a ese dios, de que no fue nadie cercano, que eso le pasó a otros-as, pero no se acuerdan que para esos otros-as, nosotros también somos otros-as!!

El día que el alma se me escapó por los pies, lo tengo en mi muñeca grabada, hace 3 años, 11 meses, 9 días y 10 horas, Sí, saquen cuentas!!.
Entonces me di cuenta sola hasta hace poco, que mi alma no huyó, sólo fue a acompañarla,  la reconocí en sus ojos, el día que me dijo: “mami, me veo en tus ojos”.

Me voy porque voy a pegar estrellas con ella y con mi  alma que está en ella, ella es mi alma..
Entonces, a ti amiga en tercer orden, te digo,  que no se te fue el alma,  ni mucho menos te abandonó, solo fue a acompañarla, en un camino en el que por ahora, tú no podrás acompañarla!.

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