RECORDATORIO.

Fueron necesarios más de 50 años, casi dos generaciones, para que las mujeres conquistaran su doble categoría; de sujetos y objetos históricos: alguien que habla y del que se habla, tomo todo ese tiempo para comenzar a hacer visible lo invisible; es decir, para hablar del trabajo de la mujer en lo privado, de su día a día, del lugar que ocupa y de su relación con el otro sexo.
La historia de los sexos y de sus diferencias viene dada por factores culturales, esta diferencia precisamente ha sido el centro de una larga lucha, donde la energía y fortaleza de las mujeres por hacerse reconocer ha sido y sigue siendo fantástica y sorprendente; lo del "sexo débil" ha quedado entredicho; este reconocimiento de las mujeres no solo en el plano personal sino en todos los aspectos de la vida; ya no solo se considera a la mujer como miembro de una familia "soldada" por el matrimonio, piedra angular de la dependencia femenina, como plantea Michelle Perrot, y ha sido necesario, luchar contra los matrimonios arreglados, por el derecho al estudio, a una profesión, a opinar, a decidir,   a aceptar la soledad, a "llevarse el mundo por delante", a marcharse, a buscar un lugar en el mundo.
Esta ha sido una lucha, con sus ganancias producto de trabajo y perseverancia, hay que reconocer además que todas las mujeres no son iguales, por las experiencias, circunstancias, el tiempo, hay diferencias y desigualdades; Se preguntaran a donde quiero llegar con esta historia, simplemente que esto es un recordatorio para todas las mujeres que en estos momentos se encuentran luchando a "brazo partio" con el mundo y sus desigualdades además de sus alegrías y triunfos: las que trabajan como domesticas, las que trabajan largas horas tras un mostrador, las que trabajan vendiendo periódicos en los semáforos, las que trabajan de noche en bares y restaurantes, las que trabajan en el hogar; las que en algún momento de su vida se han sentido o se sienten desamparadas, humilladas, maltratadas, abusadas, acosadas y lo han permitido y permiten porque CREEN que no tienen otra alternativa y es que la vida no es fácil, pero hay que aprender a vivir, tienen una oportunidad, y es la de decidir qué es lo mejor para ellas.
' LO QUE HACEMOS NO NOS HACE LO QUE SOMOS" ; somos más que una profesión, una casa, un marido, unos hijos, unos padres; somos FUEGO PURO, capaces de construir de la nada; eso son estas mujeres trabajadoras y no permitan por nada de este mundo y aunque las circunstancias en estos momentos no sea la mejor, que alguien quiera o pretenda apagar ese FUEGO, que hasta ahora ha permitido que salgan adelante.
O como dice la poetisa cubana Dulce Maria Loinaz, " He aprendido que no puedo compararme con lo mejor que hacen los demás, sino con lo mejor que puedo hacer yo"

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