HUYENDO DE SER UNA "BUENA" MUJER.

febrero 22, 2023

En serio, siempre me he preguntado eso ¿qué significa realmente ser una "buena" mujer? y ¿qué sucede cuando una mujer no encaja en eso de ser "buena"'

Durante mi infancia y la adolescencia podía escuchar que ser "buena" mujer, se relacionaba con el no decir nada cuando algo malo sucedía, no contradecir a tus padres -aun sabiendo que estaban completamente equivocados y eran injustos-, mostrarse siempre amable y atenta con los otros, ser servicial (otra palabra que nunca he podido comprender), juiciosa, estar alejada de los escándalos y del maldito "qué dirán", pero sobre todo no ser escandalosa.

Entonces, se imaginan lo que una niña puede sentir frente a la mirada siempre juzgante de los adultos cuando no es absolutamente nada de esas cosas que siempre escucha, esa sensación de no encajar y de sentirse excluida, peor cuando utilizan las comparaciones (una forma muy sutil de maltrato psicológico) porque no eres como la prima, la hija de la vecina u otras compañeras del colegio.

Cuando entro a la universidad, se repite lo mismo, solo que al haber alcanzado el maldito pedazo de papel, viene con otro yugo, "no puedes comportarte así porque eres una profesional", "si te portas así no van a creer que eres profesional", "una profesional no hace eso" y les juro que después de 23 años de haber egresado aun esa idea de ser "profesional" como si fuese tu única identidad, me resulta imposible de asimilar y con eso viene otra forma de censura y de violencias psicológicas, que vienen en su mayoría de colegas, mismos que se suponen aprendieron a comprender las complejidades del ser humano, pero parece que perdieron su dinero y su tiempo.

Después comienzan a decirte "¿no será que por tu forma de ser aun no tienes marido?", "deberías intentar bajarle un poco a tu discurso recargado", "no hables de eso, porque después no te contratan más", "no te queda bien hablar mal de la universidad", "quédate callada que aquí las paredes oyen", "qué ejemplo le estás dando a tu hija" y si se fijan, siguen las violencia simbólicas, esas que siempre intentan destruir la identidad y la individualidad.

Entonces llegas a los 45 años, cansada de luchar con la culpa de no ser una buena mujer y agradeciéndote a ti misma por ser lo suficientemente valiente para a pesar de los miedos hacer renuncias necesarias para cuidar de ti.

Esta idea de ser "buena" mujer no me aplica, le decía el otro día a alguien que creo lo que me ha salvado ha sido mi alma de ermitaña, esa sensación fundante de no pertenecer a ningún lugar, de ser una extranjera en mi propia casa, lugar de trabajo, ciudad, se necesita cierta habilidad de desapego para no creerse ciegamente lo que la sociedad repite hasta el cansancio, que dicho sea de paso, porque todos lo repitan no significa que sea verdad o correcto o bueno.

No, no soy una "buena" mujer.

No me quedo callada por temor al que dirán

No me sacrifico por otros

No tolero maltratos

No espero la validación de otros

No camino con pasos suaves

No me quedo con lo que siento y pienso

No le pido permiso a nadie para hacer lo que quiero

No temo pedir lo que quiero

Me falta mucho, aun hay renuncias que debo hacer, sobre todo el peso de la resignificación de los 45, la lucha constante con la dismorfia corporal y el ejercicio de una sexualidad plena.

Al final cada una siga su propio camino, lo cierto es que lo único que no podemos permitirnos, es renunciar a nosotras mismas por intentar ser una "buena" mujer.

Adriana Sofía Silva Silva, Pendeja profesional y por pendeja profesional en psicología.

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