NUNCA ES TARDE PARA INICIAR DE NUEVO
Nunca es tarde para comenzar de nuevo, en serio, en la experiencia personal reciente, simplemente necesitas dejar a un lado esa cotidianidad que te está secando por dentro, decidirte a terminar con esa sensación de insatisfacción constante, aunque el miedo pareciera ser más fuerte, entonces sumida en un mundo de incoherencias, decidí RENUNCIAR y casi como en una ensoñación, pensé que era (o es) posible ganar dinero por mi cuenta, después de todo tengo un conocimiento, una experticia y soy la mejor profesional que en su vida se puedan encontrar.
Una vez dado el salto, llegó esa sensación de vacío, de no tener de donde agarrarte, solamente porque tu mente se cerró tanto que no ve otras posibilidades y entonces como nunca y como una prueba de la decisión tomada, llegaron propuestas de trabajo en el área que precisamente había dejado, a las que a pesar de estar con miedo, casi que con pequeños episodios de pánico, dije rotundamente ¡no! ¡Me niego a volver a donde decidí salir! ¡No puedo dar un paso atrás! No ahora que he saboreado lo que por mucho tiempo me había negado: La jodidamente sabrosa y deliciosa sensación de libertad, pero una libertad de finalmente no dejarme llevar por el miedo, en todo caso, en un mundo de incertidumbres o sufres por tener trabajo o sufres por no tenerlo, cada quien decide el precio a pagar.
Puedo decir ¡Renuncié porque me mamé! al final uno siempre necesita buscar lugares, personas, relaciones, trabajos donde se sienta plena y no donde el tedio y el sinsentido se han apoderado de uno ¿Regresaré? Es posible, pero igual no me he ido, sigo en la docencia solo que ya más personalizado. Entonces, si es posible iniciar de nuevo, los apegos por miedo a perder lugares, personas, trabajos, relaciones tal vez son la razón por la cual no nos atrevemos a intentar cosas diferentes.
Pero más allá de eso, me regalo a mí misma la oportunidad de sentirme viva (aunque eso implique esos momentos de microangustias pensando en los gastos cotidianos) y también le regalo a mi hija, los saltos al vacío, nunca conformarse con algo, con alguien, dejar a un lado los "deberías" y aprender a confiar más en tí mismo, en lo que sabes, en lo que quieres para ti y en lo que anhelas dejarle a otros (aunque sea una cuestión de ego, igual cuando dejas un trabajo, una relación o mueres, el mundo sigue igual).
Si les sirve, les comparto qué me ayudó mucho: hacer una lista de lo que necesito para no seguir en lo mismo, pedí orientación y ayuda a personas que se mueven en otros medios, (porque una mirada fresca y diferente es lo que uno necesita para empezar a ver otras posibilidades), aprendí a identificar cuando el miedo es el que me hablaba al oído, hice una lista de cursos que necesito hacer para perfilar mi currículo, he cuidado mucho mi higiene del sueño (por lo de la normal preocupación del origen del dinero), tengo un tablero organizador con los 4 proyectos en los que estoy trabajando ahora, hice un Excel con los gastos mensuales de mi casa (hasta ahora había sido una mala administradora) y definitivamente, aprender el día a día a disfrutar de esta etapa y a darle tiempo fuera a la culpa, porque esa siempre anda dando vueltas por allí.
El resto es un aprendizaje constante.
Adriana Sofía Silva Silva, pendeja profesional y por pendeja, profesional en psicología.
Comentarios
Publicar un comentario